Ya acaba la temporada queremos enseñaros algunas de las cositas en primicia que no hemos enseñado ni en redes sociales ni en el blog. Siempre hemos tenido predilección por enseñar más en el blog que otros medios sociales, pero es cierto que la tecnología avanza tan rápido, somos consumidores visuales y eso hace que tengamos que subir y generar información constantemente. Pero bueno, este tema da para mucho y no me quiero despistar que hoy no va de esto. Repasando las bodas que hemos realizado a lo largo de estos años y releyendo los mensajes y los últimos mails de cada pareja, me he dado cuenta que hemos sido muy afortunadas de dar con parejas tan buenas, simpáticas y bonitas. Esta misma tarde, sin pensarlo, he recibido un whatapp de una de nuestras novias de 2015 que se acordaba mucho de nosotras, que le habíamos tan felices que tres años y pico más tarde, seguía sintiendo que me debía tanto… yo la verdad, que me emociono al leer sus mensajes, les echo de menos, me gusta saber cómo les trata la vida después de varios años que nuestros caminos se cruzaron. Pero sobre todo no siento que ellos, los novios, me deban nada, más bien son ellos los que me han dado tanto a nivel personal y profesional que, si te paras a pensar yo no sería la que soy a día de hoy. Estoy muy agradecida por ello. Y porque no decirlo, estoy muy contenta con como soy y como he ido evolucionando estos años ya sea como persona como pequeñita empresa.
Todas y cada una de las parejas, me han enseñado algo. Y al final, mientras escribo, he decidió cambiar el tema y el objetivo del post de hoy. He decidido rendirles un pequeño homenaje a todas y cada una de las parejas que han dejado que participemos en su gran día.
De cada una de las bodas (para nosotras, las llamamos nuestras bodasenvidiosas) que hemos hecho a lo largo de seis años, cogeremos una sola foto (difícil tarea), puede ser porque es la foto que más nos gusta o por el significado que tiene el espacio para la pareja o por el juego que dio para los invitados. Hay mucho trabajo detrás de cada boda (ellos lo saben y yo lo sé), nada está pensado al azar, ha requerido una planificación previa, ya que son muchas horas de organización y gestión, también de coordinación de los proveedores, invitados, etc… son muchas horas de diseño y de creación de los espacios. Pero lo más importante son muchas horas de pasarlo bien, de coger cariño y no querer soltarles nunca. Cada pareja nos ha contratado para lo que han necesitado, siempre nos amoldamos a las necesidades y circunstancias de cada uno. Es nuestra esencia y siempre será así, wedding planner a la medida de cada pareja.
Va por vosotros. ¡Muchas gracias por ser así!
Sin duda nada de esto hubiera sido posible con su ayuda incondicional, sus mil consejos, nuestros debates para no quedarnos dormidas de vuelta a casa, sus abrazos, sus miradas cómplices, su amor, de la cerveza en el momento justo, de los bailes antes de irnos. Gracias, gracias y mil gracias por acompañarme en este camino.